Aletheia, Filosofía

miércoles, 9 de abril de 2008

Un origen trágico de la cultura occidental


Edgardo Pablo Bergna

Maximiliano Basilio Cladakis


Máscara de AgamenónLa llamada máscara de Agamenón fue encontrada en una tumba micénica por Heinrich Schliemann en 1876. Aunque éste creía haber descubierto las tumbas de los héroes de la guerra de Troya, los enterramientos y la máscara pertenecen realmente a una fase anterior de la cultura micénica que, junto con la cultura minoica, forma parte de la civilización del Egeo
Los versos homéricos son el origen de la literatura occidental. Recogidos en la Ilíada y en la Odisea, transmitidos en una primera instancia de manera oral por los rapsodas, formaron el carácter heleno. En este sentido, son también el origen de la cultura occidental.


La guerra de Troya, por tanto, sería el acto inaugural de Occidente, pues con ella se inicia su historia. Justamente en este iniciarse lo que se encuentra como fundamento, como condición de posibilidad, es la partida de Agamenón del puerto de Aúlide a Troya. Sin ella no habría guerra, ni victoria, ni Ilíada, ni Odisea, ni Occidente.


Mas aún si no fuera por los vientos que impulsaron las velas de las naves, tampoco sería posible lo dicho arriba, en tanto que el mito narra sobre una calma inusual, que hubo de exorcizarse con la ayuda del vidente convocado por el Atrida.


Podemos decir entonces, que la cultura occidental tiene un origen trágico, en tanto que la prescripción del adivino, según pedido de la diosa, era el sacrificio de la posesión “más hermosa” del comandante de la flota. Ifigenia, su hija.


Para poder emprender la citada campaña fue necesario aquello que no tiene nombre. Y en su más terrible inefabilidad se posibilita el nacimiento de la cultura occidental. Cultura que surge mediante un acto ético en respuesta a los reclamos del pueblo encarnado en las tropas.


Agamenón sacrifica a su hija en pos de un bien común. Este bien, sin embargo, es algo que excede tanto a Helena como a las riquezas guardadas en Troya. Así también es algo que trasciende a los soldados griegos e incluso a su época; Agamenón mismo no es conciente del acto que estaba realizando. Nuestra cultura se origina, se abre su mundo y se extiende sobre la historia.


Éste mito, a su vez, encuentra su correlato con el otro gran mito occidental, el sacrificio realizado por el dios cristiano de su unigénito. Pues los evangelios narran también el sacrificio de un hijo cometido por un padre en pos de un bien común.


Tanto uno como otro representan actos éticos y, por tanto, históricos. En oposición a éstos se nos presenta otro sacrificio, el cual forma parte de la mitología occidental. En éste, un padre también debe sacrificar a su hijo. Dios le pide a Abrahán que sacrifique a Isaac. Sin embargo este hecho no llega a consumarse ya que el mismo Dios detiene su mano.


¿Cuál es la razón de esto? Bien podríamos decir que ni Dios aceptaría semejante hecho en su solo nombre. A diferencia de los dos anteriores, este hecho representa un acto moral y no ético. Mientras ellos debían dar cuenta a la comunidad, a un ethos , el sacrificio de Abrahán se remitía únicamente agradar a su dios en tanto que buscaba su propia salvación.


Nuestra cultura occidental , que es judeo-cristiana, surge a partir de un acto ético pagano.

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